Camarón actuó el viernes 14 de julio de 1989 dentro del programa de fiestas del Carmen. Fue la primera y única vez que se celebraron en esa barriada que nos regala unas preciosas vistas de los atardeceres madrileños. Sixto nos cuenta que ese día repartió octavillas en protesta por el cierre de la emisora de radio por un problema de licencias. Sabemos también que ese año las fiestas estuvieron a punto de suspenderse debido a una moción de censura a la alcaldía de Juan Barranco (PSOE) que colocó a Rodríguez Sahagún (CDS) a la cabeza del ayuntamiento. Queda en un rinconcito de mi memoria la voz de Camarón del 14 de julio. Mi recuerdo y la prensa cultural del vecindario son, por el momento, los únicos testimonios que lo constatan porque parece que los medios de gran tirada no consideraron la propuesta de aquella noche reseñable. Asistí en compañía de una amiga de Mallorca que estaba por Madrid opositando, creo recordar. Hacía poco que había descubierto la música de Camarón y por ende el Flamenco. Esa noche cantó por alegrías la letra “de San Fernando a Cai, voy caminando, y en tus ojitos, niña, yo voy pensando”. Son evocaciones vagas y casi perdidas que revivo con nostalgia de la buena.
También
lo escuché ese año en el Palacio de los Deportes junto a La Paquera de Jerez. Fue la gala de la primera emisión en pruebas
de Tele Madrid que presentó Lauren Postigo. Antes de entrar al recinto me
encontraba en las escaleras de una de las puertas traseras, por donde entraban
artistas e invitados, cuando llegó un Mercedes negro del que se bajó Camarón de
La Isla. Me acerqué para preguntarle “¿José, quién canta primero, tú o la
Paquera?”; y él mirándome con cara de póquer me dijo “no zé, me imagino que la Paquera, ¿no?” Al momento unos brazos, que
eran los de Antonio Flores, lo acogieron y se lo llevó dentro. Primero salió La Paquera y aluciné por la potencia de
voz y el poderío de mujer. Cantó sin micrófono y se escuchó en todo el palacio.
Yo no sabía quien era Francisca Méndez ni quienes la acompañaban. Cuando pude
ver la grabación en vídeo mucho tiempo después me di cuenta de lo que presencié
entonces.
Mis
recuerdos de estos dos momentos son nebulosos. Del Palacio conservo con nitidez
el ambiente, el gentío, las aclamaciones y las primeras filas de los asistentes
jaleando al ídolo. Entre el público he
podido comprobar en youtube que estaba Paco de Lucía. Lamentablemente en este
canal no he encontrado nada del acto en Fontarrón, quizá alguna vez…
Dicen que Madrid es la novena provincia andaluza, y Vallecas un barrio muy flamenco que ha recibido a muchos artistas y aficionados en sus peñas y locales. Sabida era la amistad de José con distintos vecinos de allí como Antonio Humanes, El Kalifa o el guitarrista Juan Antonio Muñoz, que recibió en su casa a ilustres como Antonio Mairena o Enrique Morente. Recomendable es el libro “Y Madrid se hizo flamenco”, del vallecano Antonio Escribano, para saber cómo se fue gestando esta flamencura.
Con esta entrada en conmemoración del 70 cumpleaños de
José Monje Cruz, Camarón de La Isla,
se pretende iniciar una serie sobre Camarón en Madrid.
¡Camarón viene a Vallecas! Por Rubén Avilés.
Aquello sonó a algo muy serio, a un acontecimiento muy importante. La noticia me la dió mi padre que siempre ha vivido con especial interés las Fiestas del Carmen. Parecía querernos decir que los planes del verano ya estaban hechos. Nosotros que nunca veraneábamos. Lo normal, supongo, en casa de un pintor de "brocha gorda" que esperaba su tercer hijo.
En aquellos años 80' Vallecas era más que nada territorio de Los Chichos y Los Chunguitos. Y de toda esa rumba de barrio. Pero ese mes de Julio del 89 íbamos a recibir al icono del flamenco. José Monge Cruz, ojo ahí. Y a doscientos metros de casa, porque el escenario de los conciertos estaba a la entrada de Fontarrón, junto al parque de "Las 7 tetas".
El mercadillo donde comprábamos su música era en la misma calle. Curiosidades
de la vida.
Recuerdo la semana previa a la actuación con muchos nervios, y no sé muy bien
por qué.
Era como si aquel chaval de poco más de 11 años supiese que iba a vivir un
momento único e irrepetible.
Se creó mucha expectación en mi entorno cercano.
Recuerdo, por ejemplo, a un compañero de mi padre sin afición al flamenco que quiso acompañarnos y no perderse aquello. Entiendo que habría muchos más allí con el sólo interés de ver en directo a José.
Fue muy bonito para muchos de nuestros vecinos gitanos que lo vivieron con mucha emoción. Lo que suponía Camarón para su pueblo...
Barrio de Fontarrón, Vallekas. |
Y allí nos presentamos en "nuestro" trocito de montaña con la cena a cuestas. Unos pollos asados y vino con casera. No hay cena de verano más flamenca.
No sabría decir el número de personas, pero si hubiese sido en un recinto cerrado se hubiese colgado el cartel de 'no hay billetes', sin duda.
Mentiría si dijera que me acuerdo de la actuación palo por palo, pero sí tengo grabado la imagen de Camarón saliendo al escenario: majestuoso. Y esos tonos inalcanzables para el resto de mortales: canela en rama. Todo esto, dicho sea de paso, desde los ojos de un niño que tenía enfrente a uno de sus ídolos.
También decir, que quien de verdad me impresionó fue Tomatito (perdón, José). Nunca había visto a un guitarrista tan de cerca, y por supuesto, de tanto arte. De allí salí más Camaronero si cabe y devorando sus cintas de cassette con devoción, admiración y respeto.
Tres años después, en el mismo mercadillo, compré "Un potro de rabia y miel" que borré de tanto escuchar.
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